Su
autor, el conocido escritor y periodista colombiano Julio Suárez Anturi,
residente en la actualidad en Santiago de Chile.
Este
mes, a pesar de la pandemia y el encierro, recibí el paquete con el libro,
editado esta vez en papel e impreso en Chile.
Como novedad, este libro no tiene títulos como el de cuentos y en su lugar cada episodio está numerado en forma ascendente. Esto demuestra su continuidad temática y la textura de novela que le confiere la progresión de los episodios evocados.
Lo
digo como curiosidad, porque cada escritor es libre de escoger el género de su
predilección y transformar su libro en el formato que quiera, como un
desarrollo o experimentación interesantes.
Lo que quiero resaltar es que “La 40 Sur” es un libro delicioso, bien escrito, evocador, con un leguaje que renuncia a la ampulosidad para dejarse llevar por la magia del tema. Y el tema no es otro que el barrio, como el pueblo para muchos escritores, en este caso el Quiroga, en Bogotá.
Pocos
barrios han tenido la suerte de ser llevados a la literatura. A riesgo de olvidar
alguno, recuerdo a Teusaquillo, en José Luís Díaz-Granados o La Candelaria en
Elisa Mújica y Milcíades Arévalo, sin mencionar obras que globalmente describen
a Bogotá, como las de Antonio Caballero o Luís Fayad. O el Barrio Obrero, en
Umberto Valverde, de Cali.
Julio
Suárez Anturi comienza esta novela breve con la formación del barrio como una
urbanización del Instituto de Crédito Territorial, hasta la consolidación del
núcleo urbano donde suceden hechos como los que enfrentan las familias
inmigrantes en medio del ambiente hostil de la urbe.
Los
episodios están narrados por Julián, un niño de 10 años, y quizás por esto el
autor ha escogido un lenguaje llano y directo que, como en una película, va
mostrando al lector los acontecimientos más trascendentales para la familia por
entonces, que a la postre son retrato también del país.
Por
ejemplo, el operativo del ejército al sur de Bogotá hasta dar de baja Efraín
González, “El Sietecolores”; la visita de Camilo Torres al barrio y la
dispersión del mitin por parte del ejército y la policía; y hechos familiares
que, a su vez, son parte de la atmosfera de la sociedad por esos años: el
reinado estudiantil, el fútbol de potrero, el matrimonio de la hija, o la
influencia de la mascota en la vida de la familia y del barrio.
Muere el abuelo en la última página y termina la narración. Bello libro.
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