Las muy populares conocidas con el anglicismo fake news, se
vienen popularizando y ubicando como una nueva forma de expresión maligna, que
buscan desinformar, hacer daño, lograr orientar entre mentiras y verdades, la
opinión pública y peor las decisiones mediáticas de algunas autoridades
institucionales.
Una nueva “forma de lucha” como alguna vez definió las Farc,
el secuestro o la extorsión, que obviamente produce un daño igual o mayor,
porque nada bueno queda de una mentira que corre y corre, dando razón a alguno
de los ítems de la teoría de comunicación de Joseph Goebbels, ministro de
Propaganda del Tercer Reich, quien definió a la perfección el objetivo de
las fake news: “Una mentira repetida mil veces se convierte en
verdad”. En nuestro país esta nueva expresión se ve en diversos niveles,
algunos muy desprevenidos la usan para hacer bromas, otros más sistemáticos
utilizan planes elaborados, creando perfiles falsos, con apariencia de portales
noticiosos, nombres sugestivos o se esconden detrás de anónimos, desde donde
empiezan a desarrollar estrategias que buscan desinformar o desprestigiar,
aprovechando que las redes sociales otorgan la posibilidad del anonimato y
una distribución masiva de la información, lo que permite que más personas
incautas se conviertan en cómplices publicando información falsa sin control.
Los medios de comunicación legalmente establecidos y con
amplio reconocimiento ciudadano tienen el enorme reto, en el afán de la chiva,
de ajustarse a las normas que protegen a los ciudadanos, de ser responsables en
tratándose de defender la verdad, la honra y bienes de las personas, de las
instituciones y en no dejar avanzar esta nueva “forma de lucha”, que hace daño
a toda la sociedad. He visto hombres y mujeres destrozados y destrozadas por la
violación de su intimidad, otros porque han destruido sus familias o están
inmiscuidos en inconvenientes jurídicos, que deben resolver en medio de la
inocencia de sus actos.
Urge legislar sobre la utilización de las redes sociales,
para defender la verdad y la integridad de las personas, para no seguir
teniendo homicidas de la moral, la legalidad y la verdad, escondidos
cobardemente en anónimos, necesitamos una prensa libre, que luche contra la
mentira con la verdad, necesitamos usar la virtualidad para construir y no para
destruir.
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